Afuera el ruido ataca de nuevo al vecino.
El sonido de la calle como banda sonora
ignora que mañana es lunes.
Aqui dentro la soledad vulnera mi domingo.
No soy más que un soldado resignado
con una batalla y un motivo vacío.
El ruido de mi estomago es síntoma
de que no he desayunado bien.
El reloj marca la una y diez,
no has llamado como de costumbre,
será que estás ocupada o en coma.
La soldead es inecesaria cuando estás,
necesaria cuando te vas,
y ninguna de estas dos cuando aparece.
Parece una deuda que llega cuando no la esperas.
Mientras tanto llora la ciudad con sirenas
presagiando lo que me espera.
Por las tuberias verticales de mi piso
intuyo que el vecino de arriba no tuvo su día.
Mientras tanto el silencio de afuera incrementa por su ausencia.
El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro. OP.
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él, sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
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