Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él, sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.

lunes, 24 de octubre de 2011

Pensarte

Pensarte es gastar la memoria,
es derrochar tiempo en fantasías. 
Pensarte son las ganas de volverme loco;
a veces de tanto hacerlo te toco.


Pensarte es el arte de no dejarte ir,
de traerte cuando no quieres venir.
Pensarte es el momento que pasé contigo
mientras pensaba en otra cosa.


Pensarte es hacer reír a un payaso. 
Pensarte raya el exceso del sexo. 
Pensarte impide conocerte 
por andar pensando en verte
 me olvido de que no quiero. 


Porque en mi cabeza puedo tenerte 
sin buscarte , sin quererte. 
Pensarte es robarle al futuro 
y prestarle al pasado. 


¿Pensarte hoy? Lo dudo. 
¿Pensarte al desnudo? Seguro. 
¿Qué límites tiene el pensarte? Ninguno.
Pensarte es enamorarme de otra.
Buscar lo que no tienes en otro mundo.


Pensarte es llorar porque te fuiste. 
Pensarte es demasiado masoquismo. 
De tanto pensarte se me olvidó 
quererte y pensarte no es lo mismo. 

Papel

Cómo matar al corazón
si la razón no te deja.
Los sentimeintos chocan contra muros de hormigón.
El espacio entre ellos es la incertidumbre
que aunque derrumbe una pared
no detiene un corazón sin dirección.


La verdad no es mentira
a no ser que la mentira sea  verdad.
La palabra entiende todo
pero yo no entiendo mi cielo.
Son un lastre mis pensamientos
cuando me tiran al infierno.

Aunque tengo el poder
no soy capaz de comprender.
Pasa el viento y no alzo las alas,
se quiebran ante la ausencia de mis fuerzas.
¿De qué sirve la palabra si me niego a ser papel,
de que sirve que me perdonen si mi silencio otorga?


Lo que se queda entre líneas solo mi ausencia lo sabe.
No comprendo al fin lo que elude a mi sentido.
Quizás el mismo sentido que queda  prendido
en la inevitable palabra que no sé leer.

domingo, 16 de octubre de 2011

Caer

Que ya me he acostumbrado caer.
Preferiría no nadar en el lodo como no querer que me quieras. 
Volar por encima de todo.
Soñar no cuesta tanto,
lo que cuesta es dormir acompañado.
Las noches son infiernos si despierto al lado de la soledad.
Lo que quiero es verte cuando todos estén dormidos.


Lo que quiero es encontrarte a la vuelta de la esquina
bebiendo lo que para los demás está mal.
Quiero que repares en mi necesidad de ti,
que mires y no te quede más salida que venir.
¿Dónde has visto unas cejas igual?


Lo que quiero es volar y desplomarme contigo.
Lo que quiero es que entiendas que no siempre te quiero,
que el compromiso me da vértigo.
Lo que quiero es una novela que nunca termine de escribirse,
una casa en Neptuno sin paredes.


Quiero que seas la matriz de mis sueños,
los que, despierto, me quitan el sueño.
Lo que quiero es que me quieras como nadie quiere.
Lo que quiero es una tarde  pasar por una esquina
y caer en la puerta de salida.


Lo que quiero es que no me afecte la superficialidad,
los estándares de la belleza sin dignidad,
del "solo valgo yo por encima de los demás".

Aunque me gusta la soledad
a veces lo que quiero, decirlo, está de más.

Cuando decidas volver

Si no vas a volver no sé qué hago pensando en ti.
Solo quedan recuerdos de algo que perdí;
es esta forma tan idiota de esperarte
que me tiene a distancia de olvidarte.
Si no conozco el color de tus ojos
ni el calor de tus enojos
y ya tengo la necesidad de no perderte.


Son estas ansias de ti que se mueren por tocarte.
Es esta vida  que dice que ahora eres mía,
que cuando estoy contigo, aunque no estes,
me haces recibir cada nuevo día
con la misma locura que me hace retenerte.


Es esta forma tan absurda de no dejarte ir,
aunque no estés aquí.
No importa si esperarte me hace feliz,
cuando los deseos de olvidarte aparecen,
cuando las cosas no van muy bien,
 las  ansias  por  quererte
disipan  los  deseos  de olvidarte.


Pero hoy ya no estoy para vender filosofías,
ni para explicar con geografía dónde estás tú.
Cuando decidas volver lloraré,
cuando quieras llegar te esperaré,
y no habrá ciencia que explique tu luz.

jueves, 13 de octubre de 2011

Perdido

Jueves, ni mucho menos santo. 
Cualquiera podría estar pensando lo mismo que yo 
al verme cerca del abismo 
escribir una primavera y mudarme. 


Tengo mis manos manchadas de tristeza.
Ideas en la vía del tren 
atadas por falta de compradores.
Tengo una televisión muerta en la mesa.
Papeles perdidos en un crucigrama.
La casa como continua obra de drama
me deja un papel para el desahucio.


Quién me ha robado el lugar 
en esta indetenible corriente de gente
que busca motivos y más de cien razones
para no matarse con las ganas que tienen. 
Quién se ha llevado la cama del sueño,
el calor del invierno, el azul del cielo.
Dónde huyeron los libros de la estantería. 
Se ríe la mesa sin sillas con peso muerto. 


Entre tanto los días acompañan al pasado, 
quedando limitada la esperanza a jubilarse
de encontrarme para encontrarte
sin que el silencio me haya alcanzado.
Dónde han quedado las obras de teatro 
que la imaginación había creado
donde las mañanas no crecían 
y el momento era reír a tu lado. 


Cómo se perdieron las fantasías 
que quedaron ancladas a tu llegada.
Ahora la mirada al futuro es un suelo mojado 
donde pisar esta prohibido. 
Aunque poco me importa, lo digo:
me bastaría con encontrar un motivo 
que no sea cambiar de estilo.

martes, 11 de octubre de 2011

Princesa

Yo caminaba por esta vida
sinn rumbo,  ni prefijo, ni sufijo.
Amargado de tantas heridas
encontré en un castillo fijo
que se confundía contigo
la estrella más bella
que alumbra el firmamento.

Estando malherido ella consigió
recuperar con sus suaves manos
las heridas, que poco a poco curó.
Y durante toda mi estancia que ahí  duró
logró que mi vida tomara otro rumbo.

Hacia las cálidas tierras de sur este
me dirigí sin apenas saber
la verdad del verdadero amor
que poco a poco me enamoró.
Y así sin regreso,
encontré el motivo para vivir que tanto busqué.

La princesa de ahora, mi realidad,
es dulce como la miel
que dura toda la eternidad,
y como viento suave es su piel.
Sus ojos son  dos luceros
que iluminan mi camino al andar.

Por la luz de tus ojos.....

Qué puedo pedir,
qué puedo dar yo.
Eres el más allá del limite del Universo,
y yo una lágrima que llena un pozo
porque solo puedo darte versos.

Entrar en la soledad de tu amor
es como hacerle entender a la razón
la historia de la bella durmiente
y al corazón que eres real, que no mientes.

Quisiera hacer de los sueños, de las intenciones,
realidades que no cedan ante tentaciones
para tenerte entre mis brazos,
y así regalarte entre versos
alegrías constantes.

-

Caminando por la calle sin destino fijo,
con el sonido de la misma dañando mis oídos,
tratando de hallar soluciones a desdichas mías,
encontrando solo desilusiones y miradas frías.

Buscando en el aire motivos.
Haciendo promesas a los cielos
para ver si devuelven la vida a esta vida
que en el silencio de la soledad la sonrisa perdida.

Se burla el sol de mí,  y el aire me evita.
Yo buscando la alegría, y encontrando la pena mía.
Que no se marcha de aquí, que no tiene compasión de mí.

Soy el único muerto que saber andar,
que por desgracia sabe sentir solo dolor,
pero que no sabe qué hacer ni a dónde tirar
en esta vida sin sabor ni color.

Solo pidiendo a quien pueda dar, pido,
auque no sea oído,
seguir buscando aunque sea en el olvido
una solución para este corazón herido.