No te preocupes, puedes salir,
puedes hasta burlarte de mí.
Sé que nunca me amaste como yo a ti.
Y comprendí que ya no estás aquí.
Dijiste que nunca te dejara,
suplicaste que no te dejara de amar,
que yo era en tu vida el eje
y que tu amor era grande, como mi ingenuidad.
Voy a construír un camino para un nuevo destino
en el que las palabras sean el asfalto,
que no importa si el seguir es el himno
y en donde tú no seas un alto.
Me dejaste como a un perro,
con tantas promesas sin cumplir,
te llevaste hasta mi entierro
y me duele lo que tú vas a sufrir.
Pero hoy tan solo quedan palabras
que no me dolerán más.
Solo dijiste palabras que creí
y un montón de promesas que no vas a cumplir.
Me dejaste por un tipo frío, aburrido,
y en un minuto destruiste todo mi futuro.
Me quedé solo por mi estupidez,
y según tus palabras por tu sensatez.
Fueron tus palabras que no podrías vivir sin mí.
Y en solo un momento sé que no estás,
pero hoy me río de tu sinceridad
y te resumo en una palabra: *
El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro. OP.
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él, sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
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