Jugar para divertirme contigo,
para no cansar a nuestros corazones
de solemnidades carente de razones.
Jugar para burlarme de la monotonía
de tus fantasmas con mi apatía.
Si me juras, las cosas se confabulan,
como coincidencias procuran
hacerme presa de mis miedos.
Si me comprometo, me traiciono;
si te fallo, no me vuelvo ciego.
Jugar conmigo para sacar lo peor de mí.
Mentirte hace que te quedes aquí.
Para qué decirte lo que ya sabes.
Hasta que alguien pierda no me detendré,
de eso se trata el juego de pretenderte.
Jugar con el tiempo, con el limite,
jugar a caer para volverte a ver,
jugar a ser felices para olvidarte.
¿Dónde estarás la próxima vez?
Que no se si llegaré...
El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro. OP.
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él, sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.