Yo caminaba por esta vida
sinn rumbo, ni prefijo, ni sufijo.
Amargado de tantas heridas
encontré en un castillo fijo
que se confundía contigo
la estrella más bella
que alumbra el firmamento.
Estando malherido ella consigió
recuperar con sus suaves manos
las heridas, que poco a poco curó.
Y durante toda mi estancia que ahí duró
logró que mi vida tomara otro rumbo.
Hacia las cálidas tierras de sur este
me dirigí sin apenas saber
la verdad del verdadero amor
que poco a poco me enamoró.
Y así sin regreso,
encontré el motivo para vivir que tanto busqué.
La princesa de ahora, mi realidad,
es dulce como la miel
que dura toda la eternidad,
y como viento suave es su piel.
Sus ojos son dos luceros
que iluminan mi camino al andar.
El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro. OP.
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él, sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
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