Pero ahora me encuentro en el lugar donde al final todos acabamos,
pidiendo a las estrellas que se despidan de ti por mí,
buscando perdón en los abrazos que no nos dimos.
Quisiera que no vieras en lo que no me convertí
en detrimento de tu soledad, curada, espero.
Quiero que entiendas, aunque no lo compartas,
que un día te quise pero ya no puedo.
Desde el árbol plantado a la orilla del mundo
observo mis pasos, no con rabia, sí con la esperanza
de que la deuda de mis dudas esté saldada
para caminar por fin desnudo.
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